Cada noche, un terrible espectro recorre los pasillos del castillo. Todos los profesores de la Escuela de Magia y Hechicería ya han sufrido su hechizo: transformados en estatuas de piedra. ¿Todos? No, porque aún queda un profesor suplente que debe proteger a los alumnos y resolver el misterio. El problema es que nadie le ha visto nunca enseñar ni utilizar la magia. En resumen, no es nuestra mejor esperanza, pero es el único. ¡Va a necesitar que le echen una mano!